Las cosas que más recriminadas son aquellas que queremos a
cambio. Ese es uno de nuestros mayores fracasos como seres humanos, querer,
necesitar, ansiar, algo a cambio por lo que sea que hayamos hecho –de eso es de
donde provienen los mayores conflictos relacionables.
Esto siempre ocurrió no es algo de ahora pero especialmente
en este momento llama la atención; en la mayoría de las redes sociales (lo que
vincula a todo con todo) muchas personas expresan sus descontentos hacia esta situación
y a muchas me refiero a todo el mundo. Una simple frase resume todas estas
numerosas causas en las que cometieron actos excesivos o no y del otro lado no
hubo respuesta alguna cuando se pidió que reaccionara igual.
Parece un poco inútil comentar esto, especialmente por
escrito, no tiene ningún fin y no va a lograr que tengamos en cuenta esto en
ciertos aspectos porque somos ignorantes por naturaleza, lo que no es visible a
nuestros ojos lo rechazamos –deberíamos empezar a ver más con nuestra mente.
Esto es más una queja que una conclusión.
Cegados por rencor esperamos de todo y ese es otro de los
fracasos que cometemos. Hablando desde el lado emocional, es el enojo y la desilusión
lo que nos hace posicionarnos así después de darnos cuenta de que la persona
que consideramos importante no piensa lo mismo sobre nosotros. Tal vez sin
tener consciencia de eso nosotros estemos creando estas reacciones también.
Para finalizar esta considerable queja, me empecé a
preguntar ¿Y que si en vez tomar esto como unos pelotudos rencorosos lo tomáramos
como el intento de haber sido buenas personas dando un apoyo estable? No estoy
diciendo que deberíamos tomarlo con nuestras típicas reacciones de “no lo mereció”
o “se lo pierde” porque eso en todos los sentidos dicho por nosotros mismos es estúpido
y esta sobrestimado (demasiado), lo que estoy tratando de decir es que dejemos
de afectarnos por cosas que no tienen sentido y seamos un poco más humanos,
dejemos influenciarnos por el placer de sentirnos alguien al menos una vez al día
y dejar de preocuparnos por intentar ser.
Dejemos de ser unos pelotudos.