lunes, 21 de septiembre de 2015

Bulevar

Hacia el otro lado del espejo lograba ver a alguien, sentado en la misma silla donde yo me encontraba, tenia mis mismos rasgos pero no tan cansados, tenia mis mismas características pero mas notables y todo a su alrededor parecía cobrar color como si estuviera rodeado de una aura buena. 
Se veía feliz sin siquiera necesitar serlo, sin siquiera hacer una sonrisa, sentado en perfecta postura atravesándome con la mirada. 
Veía a través de mi, veía escamas de grises.
Eramos la misma persona pero había cierta desconexión, cierta separación inalcanzable que ambos sabíamos que nunca alcanzaríamos. Exactamente iguales así eramos pero nos separaba la diferencia de un espejo y como todos saben los espejos son engañosos, quizá el arma mas mortal para un hombre, los espejos siempre te mostraban lo que querías ver y no de manera exacta lo que realmente ves. La forma personalizada que se encontraba en el otro espejo era yo con la diferencia de que esa versión de mi había llegado a sus metas mientras que yo me había atascado en ellas. 
Al final pude comprender lo que representaba ese espejo de distancia inalcanzable que nos separaba porque ese espejo no era mas que un simple espejo, como los muchos con los que me topaba cada día, no había nada mas del otro lado, no había un yo subalterno perfeccionado, solo estaba yo, yo en mi forma mas realista. 
Ese espejo de distancia lo veía inalcanzable pero la verdad no era difícil de alcanzar, solo tenia que dejar de verme en el.